Mitos y verdades sobre la esterilización (hembras)



La esterilización es un método quirúrgico que consiste en extraer el útero y los ovarios.
Existen muchos mitos relacionados con el tema de la esterilización. Esto se debe principalmente al desconocimiento de nosotros mismos y por la difusión de estos mismos mitos de una forma casi viral.
Estos son los mitos más frecuentes con respecto a la esterilización:

Las hembras deben por lo menos tener un celo antes de ser esterilizadas:
No existe evidencia médica que justifique que una hembra necesite tener un celo previo a la esterilización. Está demostrado que aquellas que han sido esterilizadas viven más tiempo y tienen menos enfermedades que las que no lo están. Además el esterilizarla antes del primer celo, permite que por su edad se recupere más rápido y haya menos riesgos con la anestesia, al contrario de una hembra viejita o enferma.
Esta simple cirugía evita la posibilidad de que desarrollen cáncer ovárico y uterino, reduciendo considerablemente las probabilidades de presentar cáncer mamario.

Las hembras sufren mucho al ser esterilizadas, porque no van a ser mamás
Al igual que en todas las especies animales, la reproducción tiene un solo propósito: perpetuar la especie y evitar su extinción.
Los hembras carecen de la necesidad de “ser mamás” –a diferencia de los humanos–. Es muy común que la gente “humanice” a los animales y crea que es necesario que vivan la maternidad.
Es cosa de ver el destete de los cachorros, el instinto maternal de la madre, desaparece.

Las hembras después de ser esterilizadas se ponen gordas y menos activas
La única razón para que nuestras mascotas engorden, es la falta de ejercicio acompañado de una alimentación en exceso o inadecuada. A medida que avanza su edad –al igual que nosotros– se ponen más sedentarios, por lo que hay que ejercitarlos más a menudo.

Las hembras cambian su carácter luego de ser esterilizadas
Sí existen cambios en el comportamiento de nuestras mascotas después de ser esterilizadas, pero son todos cambios positivos. En hembras que son agresivas, esta conducta disminuye, pero no su capacidad de protección. Tienden a ser más caseras, se acaba el celo y se termina el sangrado, evitando el acoso de los machos fuera de la casa o la imposibilidad de pasearla tranquilamente en un lugar público.

Las hembras sufren mucho dolor en la operación:
La esterilización adecuada –debe ser realizada por un médico veterinario experimentado y con anestesia– no genera dolor para nuestras mascotas. Efectivamente hay molestias menores luego de ser esterilizadas, pero éstas pueden aminorarse con analgésicos prescritos por el doctor que la operó. Su actividad será normal de 24 a 72 horas.

Una hembra puede esterilizarse a partir de los dos meses, y lo aconsejable es que pese más de un kilo. Por la irrigación de sangre en la etapa del celo o por los medicamentos que deben recibir nuestras mascotas luego de la esterilización, lo aconsejable es que no sea durante el celo o mientras estén amamantando. Si amas a tu mascota y acabamos con algunos de los mitos que conocías, anímate y dale una mejor vida a tu mascota.